"Esto se llama 'una canción de cuna sacrílega en Re menor,'" Dylan bromeaba con su audiencia en Halloween de 1964 en el Philharmonic Hall de Nueva York. Escrito a comienzos del verano y grabado en una sola toma al invierno siguiente, el lado B acústico de "Like a Rolling Stone" trae consigo a algunas de sus fantasías más espeluznantes –el soldado salvaje, la virgen de la motocicleta negra, el enano de la franela gris– todas destinadas a las puertas del Edén, que,m al final, no se trataban de ningún paraíso, sino de un lugar de silencio ensordecedor, sin reyes, juicios ni pecados. Se trata de un himno contra la noción de la redención celestial: "Un montón de gente espera hasta que está en el acabóse", Dylan dijo años después. "No tienes que esperar tanto. La salvación comienza ahora mismo, hoy". (Revista Rolling Stone)
LAS PUERTAS DEL EDÉN (GATES OF EDEN)
Entre guerra y paz la verdad simplemente se alterna
Deslizando su falso toque de queda
Sobre nubes del bosque de cuatro piernas
El ángel vaquero cabalga
Con su vela encendida hacia el sol
Aunque su resplandor está encerado en negro
Totalmente, excepto cuando está debajo de los árboles del Edén
El farol se erige con brazos plegados
Sus garfios de acero adheridos
A veredas debajo de huecos donde bebés aúllan
Aunque ensombrece la insignia metálica
Todo y todo sólo puede caer
Con un golpe aparatoso pero insignificante
Ningún sonido sabe venir de las puertas del Edén
El soldado salvaje mete su cabeza en la arena
Y luego se lamenta
Ante el cazador sin zapatos que se volvió sordo
Pero aún sigue en pie
Sobre la playa donde perros sabuesos se estacionan
En barcos con velas tatuadas
Dirigiéndose a las puertas del Edén
Con una cuchilla de brújula oxidada por el tiempo
Aladino con su lámpara
Se sienta con monjes ermitaños de la Utopía
Montando de costado al becerro de oro
Y de sus promesas del paraíso
No escucharás ninguna risa
Excepto dentro de las puertas del Edén
Relaciones de propiedad
Susurran en las alas
De aquellos condenados a actuar en consecuencia
Y esperan por reyes sucesivos
Y yo trato de armonizar con las canciones
Que el solitario gorrión canta
No hay reyes dentro de las puertas del Edén
La virgen de la motocicleta negra
Reina gitana en dos ruedas
Su fantasma salpicado de plata ocasiona
Que el enano de la franela gris grite
En tanto llora ante malvadas aves de rapiña
Que recogen sus pecados como migas de pan
Y no existen pecados dentro de las puertas del Edén
Los reinos de la Experiencia
En el precioso viento se pudren
Mientras que los indigentes intercambian propiedades
Cada uno deseando lo que el otro ha obtenido
Y la princesa y el príncipe
Discuten sobre qué es real y qué no lo es
Eso no importa dentro de las puertas del Edén
El sol extranjero, entrecierra los ojos
Sobre una cama que nunca es mía
En tanto amigos y otros extraños
Tratan de renunciar a sus destinos
Dejando a los hombre completa y totalmente libres
Hacen cualquier cosa que quieran hacer excepto morir
Y no existen juicios dentro de las puertas del Edén
Al amanecer mi amante acude a mi
Y me cuenta sus sueños
Sin intentar de enterrar la mirada
En la zanja de lo que cada uno quiere decir
A veces pienso en que no hay palabras
Aparte de éstas para decir lo que es verdad
Y no hay verdades fuera de las puertas del Edén
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