107. LILY, ROSEMARY Y LA JOTA DE CORAZONES (LILY, ROSEMARY AND THE JACK OF HEARTS)


La nueva fábula de Dylan “Lily, Rosemary and the Jack of Hearts” presenta un cabaret lleno de espejos como el teatro de los acontecimientos, en el cual puedes ver: mujeres entre bastidores jugando cartas, un juez de la horca y Lily y Rosemary, ambas enamoradas de un magnate de minas de diamante (implicado en un robo a un banco) quien pronto sería muerto apuñalado por una celosa Rosemary, que termina colgada en la horca. Rondando aquí y allá por esta escena está la Jota de Corazones –tal vez un naipe como los demás, un actor incomparable (como nos lo informa la canción), una presencia misteriosa, casi transparente– cuyo poder tanto se revela tanto como se esconde -muy al estilo Dylan. Y al igual que muchas de las obras de Dylan, esta canción se convierte en una parábola cuyo significado debe ser resuelto en la mente de cada oyente. (Revista Rolling Stone)

LILY, ROSEMARY AND THE JACK OF HEARTS (LILY, ROSEMARY Y LA JOTA DE CORAZONES)

El festival había terminado, los muchachos planeaban la retirada
El cabaret estaba tranquilo, salvo por la perforadora en la pared
El toque de queda había sido levantado y la rueda de la fortuna cerrada
Cualquiera con sentido común ya había abandonado el pueblo
Él estaba parado en la entrada, observando como la Jota de Corazones

Se movió a través del cuarto lleno de espejos, “Preparen todo,” dijo
Luego comenzaron a hacer lo que estaban haciendo antes de que él llamara su atención
Se dirigió a un extraño y le preguntó con una sonrisa
“Dime por favor amigo mío, a qué hora comienza el show?”
Y se movió hacia la esquina, cara abajo como la Jota de Corazones

Entre bastidores, las chicas juegan poker de cinco cartas por las escaleras
Lily tenía dos reinas, esperaba una tercera para emparejar su par
Afuera las calles se llenaban, la ventana estaba muy abierta
Una suave brisa soplaba, podías sentirla desde el interior
Lily hizo otra apuesta y lanzó la Jota de Corazones

Jim el Grande no era ningún tonto, poseía la única mina de diamantes del pueblo
Entró como siempre lo hacía, tan elegante tan fino
Con sus guardaespaldas y bastón de plata y cada cabello en su lugar
Tomaba lo que quería y lo devastaba
Pero sus guardaespaldas y bastón de plata no encajaban con la Jota de Corazones

Rosemary peinó su cabello y tomó un carruaje hacia el pueblo
Entró deprisa por la puerta lateral, luciendo como una reina sin corona
Sacudió sus falsas pestañas y susurró en su oído
“Perdón, querido, por el retraso,” pero parecía que no la escuchaba
Tenía la mirada perdida alrededor de la Jota de Corazones

“Sé que he visto esa cara antes,” Jim el Grande pensaba para si mismo
“Tal vez en México o en un retrato en el estante de cualquiera”
Pero entonces la multitud comenzó a zapatear y las luces de la casa se apagaron
Y en la oscuridad en la habitación sólo estaban él y Jim
Mirando a la mariposa, que acababa de lanzar la Jota de Corazones

Lily era una princesa, de tez blanca y preciosa como una niña
Hacía lo que tenía que hacer, tenía cierto fulgor cada vez que sonreía
Se había marchado de un hogar destrozado, tuvo montones de extraños amoríos
Con hombres en cada ámbito de la vida que la llevó a toda partes
Pero nunca había conocido a nadie como la Jota de Corazones

El juez de la horca llegó, desapercibido, ya había comido y bebido
La perforadora en la pared seguía pero nadie parecía prestarle atención
Era sabido que Lily tenía el anillo de Jim
Y nada podía interponerse entre Lily y el rey
No, absolutamente nada excepto, tal vez, la Jota de Corazones

Rosemary comenzó a beber duro y miraba su reflejo en el cuchillo
Estaba aburrida de su atención, cansada de hacer el papel de la esposa de Jim el Grande
Había hecho un montón de cosas malas, incluso una vez intentó suicidarse
Quería hacer algo bueno antes de morir
Miraba el futuro cabalgando en la Jota de Corazones

Lily se lavó la cara, se quitó el vestido y lo enterró
“Se te acabó la suerte?” se burló de él, “Bueno, supongo que debías saber que así sucedería
Ten cuidado de no tocar la pared, hay una nueva capa de pintura
Me place de ver que aún estás vivo, luces como un santo”
Al final del vestíbulo se oían pasos en busca de la Jota de Corazones

El encargado de camarines se paseaba alrededor de su silla
“Pasa algo gracioso,” dijo, “lo puedo sentir en el aire”
Fue a buscar al juez de la horca, pero el juez estaba borracho
Mientras el actor principal apuradamente se vestía de monje
No había en ninguna parte un actor mejor que la Jota de Corazones

Los brazos de Lily envolvían al hombre que tanto amaba acariciar
Olvidó todo acerca del hombre que no podía soportar, que la acosara tanto
“Te he extrañado mucho,” le dijo, y él sintió que era sincera
Pero justo más allá de la puerta se sintió celoso y temeroso
Justo otra noche en la vida de la Jota de Corazones

Nadie conocía las circunstancias, pero decían que había sucedido muy rápido
La puerta hacia el vestidor se abrió de súbito y sonó un frío revolver
Y Jim el Grande estaba parado allí, no se podría decir sorprendido
Rosemary a su lado, muy segura en sus ojos
Estaba con Jim el Grande pero se inclinaba hacia la Jota de Corazones

Dos puertas abajo los muchachos finalmente atravesaron la pared
Y vaciaron la caja fuerte del banco, dicen que salieron con todo un botín
En la oscuridad, por el cauce del río, esperaban en el suelo
Por un miembro más que tenía una tarea pendiente en el pueblo
Pero no podían llegar más lejos sin la Jota de Corazones

El día siguiente era día de ahorcamiento, el cielo estaba nublado y negro
Jim el Grande yacía tapado, muerto por una navaja en la espalda
Y Rosemary en la horca, ni siquiera parpadeó
El juez de la horca estaba sobrio, no había bebido
La única persona que faltaba en escena era la Jota de Corazones.

El cabaret estaba vacío ahora, un letrero decía, “cerrado por reparación”
Lily ya había retirado todo el tinte de su cabello
Ella pensaba en su padre, a quien raramente veía
Pensando en Rosemary y pensando en la ley
Pero por encima de todo pensaba en la Jota de Corazones

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