Este deliciosamente ambiguo himno se presta la línea inicial de "Joe Hill", una vieja canción folk que habla de un sindicalista y compositor que fue ejecutado (probablemente siendo inocente) por doble asesinato (...) San Agustín es un mártir, pero el narrador se coloca él mismo "entre quienes/ Lo libraban de la muerte," y nunca queda claro si deberíamos compadecernos de Agustín o Dylan o de ninguno de los dos. Lo que sí se evidencia es la vehemencia hecha trizas y levemente fuera de tono de Dylan. Es un sincero gesto de fe en algo que no comprende del todo.
SOÑÉ QUE VI A SAN AGUSTÍN (I DREAMED I SAW ST. AUGUSTINE)
Soñé que vi a San Agustín
Vivo como tú y yo
Pasando por estas barriadas
Que viven en la más extrema pobreza
Con una manta debajo de su brazo
Y una capa de oro sólido
Buscando a las mismas almas
De quienes han sido vendidos
“Levántense, levántense,” gritó fuerte
Con una voz sin control
“Vengan aquí, vosotros, reyes y reinas elegidos
Y escuchen mi triste reclamo
Ningún mártir hay entre nosotros
A quien podamos considerar de los nuestros
Por lo tanto sigan su camino
Pero sepan que no están solos
Soñé que vi a San Agustín
Vivo y con fogoso aliento
Y soñé que estaba entre quienes
Lo libraban de la muerte
Oh, desperté con ira
Tan solitario y aterrado
Puse mis dedos contra el cristal
E hice una reverenci y lloré
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